Palabra de los egresados

     En el Acto de Colación, los años transcurridos en el establecimiento, las largas jornadas de estudio, el compañerismo forjado en las aulas, las alegrías, tristezas…son expresadas a través de las palabras del egresado: Javier Zinta del Profesorado de Historia
 

 

   «Sr Intedente Municipal, Sra. Directora de Educación Superior de la Provincia, Directivos de la Escuela, docentes, egresados, alumnos, señoras y señores…. Quiero iniciar este discurso manifestando que es un honor para mí estar frente a ustedes y ser quien dirija las palabras por parte de los egresados (un agradecimiento especial a patricia, que ha sido por muelo tiempo el alma de todos los egresados)…

Como estudiantes hemos abrigado un sinnúmero de expectativas y anhelos, hoy, comenzarnos a dar nuestros primeros pasos en una profesión que requiere de nosotros un esfuerzo particular, ya que nuestra sociedad nos exige que seamos más que docentes; debernos constituirnos en líderes capaces de mejorar las deficiencias formativas de nuestros jóvenes, como también espejos de nuestro ser interior, que nos permita enseñar con nuestro ejemplo personal. La dinámica social del siglo XXI ha hecho de la escuela el sueño del cambio, la semilla donde se gestaría un horizonte diferente para nuestra nación. Ante semejante desafio, nuestra tarea de estudiante nunca debe finalizar, recordando que «el saber no posee techo ni peso físico, pero alimenta el alma y satisface el corazón». Y es así, que a partir de nuestro saber, concretaremos nuestra función de sujetos de enseñanza y de aprendizaje a la vez, recordando las palabras de Antonio Machado, «en cuestiones de cultura y de saber, solo se pierde lo que se guarda; solo se gana lo que se da».

Dar y recibir, es nuestro desafío, no será fácil. Las frías estadísticas nos exigirán siempre resultados y serán ellas las que numerosas veces nos juzgará en nuestro desempeño. Pero recordemos que no hay juicio más crítico que aquel que emana del alumno. Es así que todo se lo debemos a ellos, porque con vocación y sentido de servicio nuestro trabajo se dignificara.

Participaremos activamente en este vínculo que relaciona la educación, la sociedad y la persona como ser social. Por lo tanto debernos constituirnos en «constructores de puentes y no de muros»

Hace poco que escuche las palabras de que «la educación en Argentina está en crisis desde 1810». Estas palabras no nos deben asustar: porque en ella se contienen muchos significados: si estamos en crisis es porque se gesta cambios, si hay cambios, hay dinamismo, movimiento, Y si nos movemos, entonces significa que estamos más vivos que nunca.

 No debemos dejar que caiga en el olvido que los hombres necesitan de la educación, ya que sin ella no podríamos perfeccionarnos como personas. Es la educación la que permite el desarrollo individual y social, la que gracias a ella participamos creativamente en la edificación de las sociedades. Y es así de importante nuestra futura  labor.

¿Y qué decir de nuestros profesores?  Nunca un discurso será suficiente para agradecer su labor. Somos nosotros tributarios de una revolución cultural que se inicia en los setenta, y que nuestros docentes han sabido transmitirnos. Somos una herramienta para que los principios que la sustentan no caigan en el olvido. Porque como todo proceso revolucionario, parte de un sueño, y son ellos los que permiten la concreción de empresas imposibles.

Y hablando de sueños, quiero agradecer a aquellas personas que sin ellas, no hubiéramos estado presente en este lugar: a nuestras familias, a nuestros amigos y en ocasiones a nuestros compañeros de trabajo,

Quiero  hacer un saludo particular a mi madre, mi primera maestra de la ida, a mi padre, desde donde esté estoy seguro que se sentirá orgulloso, a mi compañera de la vida, que fue quien me empujó para lograr este sueño y que cumplió el rol de mama y papá en las horas de estudio, a mis queridos hijos, los amo profundamente, a mis profesores y compañeros, que ahora son mis amigos, mis hermanos. A mis compañeros de trabajo, que asumieron en no pocas oportunidades mis responsabilidades.

Gracias a todos y por último, quiero hacer cita de un proverbio que en adelante resumirá nuestra labor docente y que es mi deseo compartirlo en esta tan especial ocasión:

«Si haces proyectos para un año, siembra arroz. Si lo haces por dos lustros, planta árboles. Si tus proyectos son para toda la vida, educa a las personas»

Muchas gracias

1 comentario en «Palabra de los egresados»

  1. Si hay movimiento, estamos más vivos que nunca! Gracias por cachetearnos y hacernos reaccionar. Te admiro profundamente, querido amigo y colega Javier Cinta.

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