Dentro de la re funcionalización de espacios del histórico edificio de la Escuela Normal, se acordó entre todos los niveles que habitan en nuestras aulas, otorgar una sala de uso múltiple para los celadores que trabajan diariamente en nuestra Institución. |
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Los celadores estrenan un espacio que les permitirá tomar su merecido descanso, realizar reuniones, dejar sus objetos personales, entre otras cosas. Felices por este logro, el capital humano de celadores nos expresaba las siguientes palabras: Jonathan Peñaloza quien lleva 6 años en nuestra Institución decía “ es buenísimo tener un espacio propio”. Mauricio Irrutia nos acompaña desde hace 15 años, y nos contaba: “Luchamos muchos años por este espacio”. Cristian Cabrera, con 7 años de antigüedad expresaba: “en lo personal es importante tener un espacio con cierta privacidad”. Fernanda Chanta, con 4 años de antigüedad aseguró sentirse muy contenta por este reconocimiento al trabajo diario. Marta Maya tiene 15 años de antigüedad en nuestro IES y aseguró: “Es espectacular, se cumplió un sueño de mi vida, tenemos nuestro espacio”. Pablo Dalayacomo, con 9 años de trabajo en el nivel superior agradeció a las autoridades de todos los niveles que acompañaron este proyecto de mejora laboral. Carlos Guevara, quien lleva 26 años en el histórico edificio nos relataba “ es lo mejor que nos ha pasado en las casi tres décadas que llevo trabajando de manera formal acá. Mi papá “Don Guevarita “, trabajó y se jubiló acá. Trabajé junto a mi papá por diez años. Tengo recuerdos permanentes. Mi papá era el único celador del edificio, yo salía de estudiar en la primaria, en la Escuela José Hernandez y me venía a ayudarlo. Luego se fueron sumando otros celadores a esta prestigiosa institución. “ El trabajo de los celadores no siempre se limita al rol de limpieza y cuidado de los ambientes, sino que forman parte del cariño y contención que todos los días reciben profesores, estudiantes, bedeles y secretarios de nuestra querida Institución. |
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Fuente: Prof. Belén Gaua. | |