Reflexiones acerca de Saberes (parte 2)

Parte 1:Sobre el termino saber y características de los saberes
 

Saberes, Planificaciones y programas


  Lic. María Victoria Leal   

“La idea de la integración asume que los elementos que constituyen un todo, se comportan como un solo ser o estructura que en armoniosa danza se mueven, comunica, producen, generan y cambian.”

Según Elisa Rodriguez[1]

La escuela como institución constituye la gran estructura que sostiene un proceso tanto mental como conductual, evidente y secreto, conocido e íntimo a la vez, llamado aprendizaje; los componentes del aprendizaje desean mantener su cohesión, entonces la danza la componen las estructuras cognitivas, las didácticas, los enfoques curriculares y todos en conjunto tratando de generar los ánodos y cátodos de tal modo que se pueda generar la verdadera integración de los saberes, esto a nivel personal, pues observando al sujeto del aprendizaje, la integración o cohesión de saberes se denota al momento de exteriorizar los conocimientos, la integración ha de plasmarse necesariamente a través de la conexión que el sujeto experimenta intencionalmente al transferir su saber en pos de crear un lazo que posibilite la creación de nodos, los nodos sapiens; un nodo por definición es un puente que une dos o más fronteras del  conocimiento, con otro saber que los conecta (…)

(…)La formación superior y/o la educación de adultos desea como máxima expresión de su propósito que los aprehendientes logren la integración de saberes, desde los que reciben por ejercicio de su calidad de discípulos, tanto como los que se generan desde el propio estudiante pero en relación con el entorno y en relación con sus propios saberes.

Desde esta perspectiva, planificar en torno a saberes, constituye un verdadero desafío para el equipo docente.  Para ello les propongo el diálogo con algunos autores que pueden ayudarnos a pensar….


[1] Rodríguez, E. «Integrando saberes.» 2008. <http://dta.utalca.cl/ojs/index.php/fcompetencias/article/viewFile/22/29>

 

 

Nuestra primera tarea…..revisar concepciones y disponernos a trabajar en equipo.

 

Según Tenutto:

  1. La manera idiosincrática en que cada docente arma su programa está  guiada – fundamentalmente- por sus concepciones sobre la enseñanza,  el aprendizaje y la programación, concepciones que quedarán al modo  de marcas en el programa.
  2. Los programas deben estar sujetos a una revisión periódica con miras a introducir en ellos los saberes exigidos por los progresos de la ciencia y los cambios de la sociedad. Toda adición deberá ser  compensada por supresiones. Es decir, hay que evitar que un programa  se torne pesado, extenso e inabordable.      
  3. El programa deja de ser un acto burocrático para convertirse en una  práctica reflexiva. Tomar conciencia de las decisiones tomadas, del recorte pedagógico de lo que se enseña y no se explicita, de la tradición  selectiva que uno como docente sostiene a través de los contenidos,  nos coloca en una posición que amerita el abandono de la ingenuidad  para posicionarnos desde una mirada crítica.
  4. No se trata de propuestas solitarias ni aisladas, sino de habilitar espacios institucionales donde los docentes puedan reflexionar sobre cómo  articular las competencias objetivo de su asignatura con las restantes y  considerar los contenidos y metodología y evaluación pertinentes. No  basta con la estimación del valor formativo de los contenidos, resulta  necesario analizar cómo las prácticas que proponen forman actitudes y  saberes en sus alumnos.
  5. Personalmente acuerdo con esta perspectiva, ya que nos sitúa en un lugar protagónico, como docentes reflexivos, que trabajan en equipo y piensan juntos la manera de enseñar para que los alumnos efectivamente aprendan. 

¿Qué modelo pedagógico didáctico sustenta este enfoque?

El modelo pedagógico didáctico que sustenta este enfoque supone en primer lugar una interrelación entre sujeto, docente y saber.  Esta interrelación está atravesada a su vez por un proceso dinámico de construcción histórica.  

Por tanto, se han de proponer diversas formas de enseñar, garantizadas con base a estos saberes, los que sostienen y orientan las trayectorias escolares de los estudiantes, entorno a la propuesta de trabajo colectivo de los docentes, resignificando el vínculo con el contexto. Este enfoque supone a un docente que piensa en su práctica, estudia el diseño curricular, coordina tiempos y espacios para trabajar en equipo, revisa los saberes, adaptándolos, amoldándolos.  Teniendo en cuenta el contexto del aprendizaje, pensando en los alumnos, acordando con sus colegas, en definitiva un docente en un rol activo que diseña el currículo.

En este sentido, no implica una concepción de los/as docentes como ejecutores que aplican las prescripciones sin mediación alguna. Los diseños y propuestas curriculares  –en tanto establecen intenciones, marcan una dirección– limitan; pero al hacer explícitos los fundamentos de  cada una de sus decisiones habilitan y establecen un nuevo lugar para la profesionalidad del docente” (DGCyE;  2007: 33).

   

 Nuestra tarea como docentes

Según Quero, el docente en su ejercicio profesional continuará enseñando y construyendo saberes al enfrentarse a situaciones particulares del aula, como espacio dialéctico, donde convergen símbolos y significados en torno a un currículo oficial y uno oculto. Pero puede ser que el docente no reflexione sobre este proceso y menos desde su práctica y que acepte las rutinas como el método adecuado y/o que vea como normal lo que no es normal.

Es necesario entonces posicionarnos en un proceso de  construcción colectiva: si propiciamos saberes desarticulados,  parcelados y compartimentados no podemos comprender realidades cada vez más transversales y multidimensionales (Morín; 2001).

Por lo tanto, las decisiones de enseñanza no son decisiones que puedan tomarse desde lo   individual. Considerar la trayectoria de los alumnos a través de distintos ciclos, años y áreas en una misma institución nos lleva a interrogarnos acerca de la manera en que las propuestas curriculares logran articularse  en un todo coherente. La responsabilidad de la enseñanza no puede reducirse a esfuerzos individuales  sino del conjunto.

Desde este lugar pienso que esto demanda al docente un ejercicio de reflexión que se abra en 

diferentes direcciones:

Introspección:   revisando nuestros modelos docentes, concepciones sobre el sujeto, la institución, el conocimiento, nuestra disciplina, etc. Y también nuestras actitudes frente al trabajo en equipo la construcción colectiva de conocimientos, el lugar del alumno en la construcción de estos saberes, etc.

Perspectiva: teniendo en cuenta que debemos hacer un esfuerzo por comprender de donde viene todo esto:

  • de la transición de la perspectiva positivista a la perspectiva crítica.
  • de una relación teoría practica de  concausalidad circular.
  • de la mirada de nuevas formas de circulación del saber.
  • de un nuevo paradigma de la complejidad en donde los saberes se entrecruzan.
  • de la transición de una lógica tradicional a una lógica fluida.
  • de la consideración de un sujeto (alumno) a un sujeto vulnerable y en constante transformación, sujeto de derechos.
  • de un sujeto que se nutre de saberes impuestos por el docente a un sujeto que se nutre de saberes que circulan dentro y fuera de la escuela.
  • de una lógica de comprensión lineal (libro) a una lógica divergente propia de la cultura mozaico. 
  • de una ruptura con el ideal clásico -disciplinario-  de racionalidad a un ideal de índole transdisciplinaria,  condicionadora de la necesidad de un diálogo entre saberes.   

Para mirar en perspectiva es necesario analizar las propuestas y diseños curriculares, ser flexibles/ comprender el enfoque político y la necesidad de transformación de nuestras prácticas basadas en los sujetos de derecho (nuestros alumnos) y en la necesidad de contextualizar los saberes.

Además es necesario reconocer que la optimización del tiempo didáctico no depende solo de organización de contenidos, sino también, y en gran medida, de las estrategias didácticas seleccionadas. Éstas deben ser coherentes con la producción de conocimiento posibilitando una mirada compleja, problematizadora, contextualizada y diversa del mismo. Para esto necesitamos servirnos de diferentes formatos: talleres, seminarios, proyectos, intentando articular acciones con los espacios curriculares y con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Prospectiva:

Estando atentos a estas mutaciones de sentidos paradigmáticos, situándonos en un lugar que legitima el rol del alumno como sujeto de derechos, que deben ser considerados en sus transformaciones y nuevas lógicas de comprensión y adquisición del saber.  

Para esto necesitamos consensuar:

  • determinar cuáles son los saberes necesarios para la educación del futuro ( Morín)
  • centrarnos no solo en el saber (contenidos) sino en el saber hacer (procedimientos) y el saber ser (actitudes)

 Por último, la complejidad de la tarea de enseñanza y la variabilidad de las situaciones con  que nos tenemos que enfrentar, nos lleva a tomar decisiones inmediatas.  Sabemos que los documentos escritos no se reflejan necesariamente en las  prácticas y que suele haber distancias, corrimientos y hasta contradicciones. Por esto es  necesario tener presente que los materiales que llegan a las escuelas deben operar como  herramientas para la discusión, la reflexión, la posibilidad de tomar distancia de lo hecho  para pensarlo nuevamente ….

   
Bibliografía consultada:

  1. DIAZ, QUERO, Víctor. Teoría emergente en la construcción del saber pedagógico Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653) Venezuela.
  2. BARBERO, Jesús Martín. Saberes hoy: diseminaciones, competencias y transversalidades , OEI – Revista Iberoamericana de Educación – Número 32
  3. TENUTTO, Marta. Planificar, enseñar, aprender y evaluar por competencias: conceptos y propuestas.
  4. MORIN, E. (2001): Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Barcelona: Ed. Seix Barral.            
  5. PERRENOUD, P. (2004): Diez nuevas competencias para enseñar. Barcelona: Ed. Grao.
  6. la planificación desde un currículum prescriptivo.  © 2009, Dirección General de Cultura y Educación, Subsecretaría de Educación. Dirección Provincial de Planeamiento. Directora: Graciela De Vita 
  7. ORIENTACIONESPARA LA PRIORIZACIÓNDE SABERES. http://www.entrerios.gov.ar/CGE/2010/primaria/files/2011/03/orientaciones-para-la-priorizaci%C3%B3n-de-saberes.pdf
  8. El futuro es hoy. http://www.con-versiones.com.ar/nota0923.htm
  9. La complejidad y el diálogo transdisciplinario de saberes. Pedro Luis Sotolongo Codina – Carlos Jesús Delgado Díaz.
  10. Freire, Paulo. Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa. Siglo XXI, 1997.Freire, Paulo. Pedagogía de la autonomía: saberes necesarios para la práctica educativa. Siglo XXI, 1997.
  11. Beillerot, Jacky. «Los saberes, sus concepciones y su naturaleza.» Saber y relación con el saber. Buenos Aires Paidós (1998): 43-78.Beillerot, Jacky. «Los saberes, sus concepciones y su naturaleza.» Saber y relación con el saber. Buenos Aires Paidós (1998): 43-78.
  12. Morin, Edgar. «Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.» (1999). 
   

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