Visita a CEBJA en Contexto de Encierro Estudiante 3° del PEP: Estefanía, Salomé. |
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Una rara experiencia El día viernes 30 de octubre emprendimos con mis compañeros un viaje iríamos a visitar “la cárcel”, confieso que iba muy tranquila pero con mucha ansiedad al no saber con qué nos encontraríamos al llegar. El viaje fue muy tranquilo con charlas y mates de por medio por lo que por un rato se me olvido adonde realmente estaba yendo. Por fin llegamos cuando estaba en la vereda ya empecé a sentir algo raro una cosquillitas en la panza. Al entrar ya todos los nervios se apoderaron de mi porque entrar a ese lugar no era nada fácil, sentía las puertas cerrarse detrás de mí y comencé a pensar y a sentir lo difícil que es estar en un lugar como ese. Llegamos al primer control, dejamos todas nuestras cosas, nos pidieron nuestros datos, y nos revisaron. Acá surgió nuestro primer problema, la lista que el guardia tenía no era la correcta y muchas de las chicas no pudieron entrar, peroooooo yo si estaba junto a un solo compañero y el profesor. El guardia nos dijo que fuéramos pasando, ahí por primera vez el miedo se apoderó de mí. Entramos seguíamos pasando puerta tras puerta dejamos nuestro documento a otro guardia y ya estábamos adentro. Yo miraba para todos lados y me preguntaba como saldríamos de ese lugar si pasaba algo, ya estaba muyyyy asustada. Seguimos nuestro camino ya adentro en busca de nuestro objetivo, ver como se estudiaba en un lugar como ese que por lo que venía viendo no debía ser nada fácil. Al llegar estaban los alumnos esperando a la maestra que venía con nosotros, alumnos que nunca pensé tener frente a frente pero ya estábamos ahí. Saludamos a todos y pasamos a la supuesta aula que para nada estaba equipada como debía ser, al ser chica nos quedamos afuera en un patio sacamos los bancos y las sillas y empezó nuestra charla con los alumnos que por cierto no dejan de ser PRESOS. Yo pegada a mi compañero no me separaba porque ya mi susto era demasiado grande. Cuando empezó nuestra charla con los presidiarios y la maestra ya me relajé un poco, sus historias de verdad eran impactantes pero a pesar de haberme relajado seguía muy alerta a todo lo que pasaba a mí alrededor. Hasta que mí tranquilidad se fue de nuevo empezaron a pasar cosas que para mí normales no eran, vi pasar a un preso herido, sentí tiros de la policía, gritos de otros presos ya en ese momento lo único que pensaba era en que me quería ir, estaba aterrorizada. Los presidiarios que estaban hablando con nosotros notaron mí miedo, se ve que era muy evidente. Ellos todo el tiempo me daban su apoyo y me decían que no tuviera miedo que ellos me protegerían. Lo que para mí no era ninguna tranquilidad. Paso ese momento feo y por fin pudieron entrar las otras chicas que al ver mi cara me preguntaban que me pasaba a grandes rasgos les conté pero no quise seguir con eso para ver si podía tranquilizarme un poco.
Al estar ya todos juntos hablamos un poco de la modalidad, jugamos un juego y por último escribimos unos papelitos contando que habíamos sentido en ese momento y los leímos. Llegó la hora de irnos, nos saludamos todos, nos sacamos algunas fotos y por fin empezamos a salir. El camino de salida fue raro veíamos gente encerrada que gritaban y mi pensamiento en ese momento fue que duro todo esto. Empezamos a pasar las mismas puertas por las que entramos, buscamos nuestros documentos y ya casi estábamos afuera de nuevo. Una vez afuera sentí una sensación de alivio y pensé que bueno estoy afuera y bien. Como conclusión puedo decir que como experiencia fue sensacional a pesar de todo, lo único que también se es que a un lugar como ese no iría a trabajar es más no sé si algún día volvería.
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Responsable: Lic.Prof Gabriel Charra
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