Aplicación didáctica de un texto dramático.

Los estudiantes de las carreras de PEP y Profesorado de Historia aplicaron las ideas filosóficas estudiadas hasta el momento en el análisis de un fragmento de la obra de Teatro Vida de Galileo, de Bertolt Brecht.

   

Brecht, escritor marxista, perseguido por el nazismo,  fue un revolucionario en el teatro de la primera mitad del siglo XX. Sostenía que era necesario abandonar el legado de Aristóteles, quien en su Poética afirma que el teatro debe provocar la catarsis; esto es, llevar al espectador a un estado emotivo tal que pueda canalizar sus pasiones.  Brecht plantea la importancia de generar conciencia reflexiva a través del efecto de distanciamiento. Pone en escena las contradicciones sociales no sólo a través del contenido sino también de la forma y las técnicas de representación del drama. Parte de sus obras, sobre todo las creaciones de madurez son épico-didácticas.

En el caso de la obra analizada, se trata de mostrar a un científico que vivió el conflicto de la transición entre el Medioevo con la hegemonía eclesiástica y la resistencia que opuso al avance de la ciencia y la Modernidad. La censura, la persecución, el temor al castigo y a la hoguera fueron padecidos por Galileo Galilei, quien para evitar la muerte hubo de retractarse respecto de sus conclusiones científicas frente a la autoridad papal. Brecht ofrece una visión que invita no sólo al abordaje comprometido con la historia, sino también a imaginar otros caminos posibles a recorrer por la vida humana.

Los personajes que actúan en el fragmento leído y reflexionado son:  el mismo Galileo, como protagonista principal; su hija Virginia, quien está a punto de casarse con un hombre adinerado que tiene bajo su mando a un grupo de campesinos; la señora Sarti -creyente devota, supersticiosa y con mucho  temor hacia los “experimentos” que el científico realiza- ama de llaves y madre de Andrea; un joven monje, estudioso de la matemática; y el ayudante de Galileo, Andrea, dispuesto a dar continuidad a las observaciones de  “las manchas solares”, con el telescopio perfeccionado por  nuestro personaje: astrónomo,  físico y matemático.

Guido Marquez, Gustavo Lucero y Maxi Rivas, estudiantes de 3° Año del Profesorado de Historia, hicieron ajustes y adaptaciones a sus trabajos individuales, para configurar el texto que sigue.

Análisis filosófico sobre la vida de Galileo Galilei

Durante la Edad Media el orden establecido era inmóvil y jerárquico. La verdad era lo que provenía de la Iglesia Católica. Para discutir, no había lugar. Esto, entre otras cosas, se expone en la obra “La vida de Galileo” de B. Brecth, en la cual se ponen en juego distintas visiones filosóficas sobre la realidad.

Declina la Edad Media, hay Peste Negra, baja demográfica, crisis política y al feudalismo le queda poco tiempo de existencia. Llega el siglo XV, hay un Renacimiento, se descubren nuevos lugares, nuevos utensilios tecnológicos, la movilidad social se hace realidad con la nueva clase social: la burguesía. Es allí donde aparece Galileo y, al igual que lo que está sucediendo en su contexto, empieza a cuestionar los fundamentos medievales, los cuales subsisten en la Iglesia Católica.

 Galileo encarna en su persona la actitud renacentista, al observar los cielos y proponer la teoría heliocéntrica, la cual ya la había propuesto antes Copérnico, pero con Galileo empieza su difusión a gran escala ya que la confirma, lo cual lleva a tener conflictos con el Papado y la Iglesia Católica.

Durante toda la Baja Edad Media, la filosofía tuvo su principal representante con Tomás de Aquino, que a su vez tomo varias ideas de Aristóteles. Este último, defendió el orden social, argumentando que el papel que a cada uno le correspondía en la sociedad, era asignado por naturaleza donde, por ejemplo, el amo tenía cierta “ciencia” que lo hacía apto para mandar y ordenar, y el esclavo tenía otra “ciencia” para utilizar las herramientas y utensilios. Esto último se ve bien explicitado en el siguiente pasaje de la obra, que es parte de una canción entonada en el carnaval popular:

 “ … Y así empezaron a girar.

 En torno a los poderosos los débiles.
En torno a los de delante los de atrás.
 Así en la tierra como en el cielo.
 Y en torno al Papa los cardenales.
 Y en torno a los cardenales los obispos /…/
 Y en torno a los criados, los perros, gallinas y mendigos.
 Esto es, buenas gentes el Gran Orden, la Regla de las reglas…”, concluye el Cantor de las Baladas.

 Aristóteles sostiene por otra parte, que el conocimiento comienza con la observación de las cosas y que lo que se ve es idéntico a la realidad (realismo).

Tomas de Aquino toma varias de sus ideas, sobre todo la del orden social, pero agrega que el fin del hombre es la contemplación y felicidad divina, y que se puede llegar a lo divino partiendo de lo racional, o dicho de otra forma, podemos llegar a Dios por medio de la razón. También afirma que es más importante la Vida Divina que la Vida Terrenal, siendo esta última una preparación para llegar lo mejor posible a la a la vida sobrenatural. El pequeño monje, manifiesta algo relacionado a lo anterior, y más específicamente sobre el fin del hombre, la felicidad divina, que se consigue por medio de la vida contemplativa y el disfrute de Dios: “… Sacan las fuerzas para, bañados en sudor, arrastrar sus cestos /…/ del sentimiento de permanencia y necesidad que les da ver la tierra, los árboles que cada año reverdecen y la pequeña Iglesia, y escuchar todos los domingos los textos bíblicos…”

Estas ideas eran el respaldo ofrecido al orden social con clases inamovibles de la Edad Media y con fundamentos dogmáticos, entre ellos la Teoría Geocéntrica la cual atacó Galileo y lo llevó a enfrentarse con la misma Inquisición. En la obra de Brecht se notifica este pensamiento dogmático medieval en personajes como el Pequeño Monje, la Señora Sarti y Ludovico (el novio de la hija de Galileo).

La duda es contraria al dogma. Éste último es una postura filosófica que expresa una serie de conocimientos que provienen de alguien superior y sobrenatural y por ello no se discuten o cuestionan. La duda es parte de la edad moderna, la cual es utilizada, principalmente por Descartes en Francia, en el siglo XVII. Si bien no es contemporáneo a Galileo, aparece en la obra de Brecth, donde el protagonista utiliza la duda metódica  al observar los fenómenos astronómicos en el cielo, pero tendrá cuidado de no fiarse de sus sentidos porque lo pueden engañar, como cuando en una parte de la obra dice: “… Mi propósito no es demostrar que he tenido razón hasta ahora, sino saber si realmente la he tenido /…/ Quizá sean vapores, quizá sean manchas, pero antes de suponer que son manchas, lo que nos vendrá muy bien supondríamos son colas de pez. Efectivamente, lo pondremos en duda todo, todo otra vez…”. Ahí se ve explícita la idea que proponía Descartes, como parte del espíritu moderno que quiere romper con todo lo que se creía en la Edad Media y con sus instituciones más representativas, en este caso, la Iglesia Católica.

Es así como Galileo es el Renacimiento en esta obra, junto con su ayudante Andrea, al contradecir y demostrar que todo lo que ve a través de ese “tubo” (telescopio), lo lleva a afrontar y a defender los fenómenos que observó, y también a un conjunto de ideas y  percepciones. Gracias a él, pudo seguir con vida la Astronomía en esa época histórica y fue el que dio el puntapié inicial al espíritu científico de aquella etapa, que tiene como uno de sus principios principales, la separación de la razón con respecto a lo religioso.

 

     

 

   Prof. Leticia Molina

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